El lujo de Samuel, reflejado en el terreno que compró en San Pedro valuado en más de 700 millones de pesos, vuelve a generar polémica. Mientras el gobernador de Nuevo León insiste en su “proyecto familiar”, la población sigue esperando soluciones a la inseguridad, el transporte y mal estado de las calles.

“Pequeño” Lujo De Samuel: Terreno Millonario En San Pedro
El gobernador de Nuevo León se mantiene bajo el escrutinio público tras revelarse la compra de un terreno valuado en más de 700 millones de pesos en San Pedro Garza García. Se trata de una propiedad de 18 hectáreas, ubicada en la zona conocida como Mesa de la Corona, una de las áreas con mayor plusvalía de América Latina.
El predio, adquirido apenas 18 meses después de que asumiera la gubernatura, ha desatado críticas por su valor y por el momento en que se da a conocer: justo cuando enfrenta un juicio político. Pese a ello, el mandatario no solo celebró su permanencia en el cargo, sino que planea mudarse a un sitio aún más lujoso. Esto nos recuerda a la ambición que tuvo cuando siendo gobernador aspiró a la presidencia de México.
De acuerdo con registros municipales, el gobernador pagó nueve millones de pesos por concepto del Impuesto Sobre Adquisición de Inmuebles (ISAI), equivalente al tres por ciento del valor total del terreno. El pago se realizó el 18 de abril de 2023, pero hasta el momento no se ha otorgado el permiso ambiental necesario para iniciar la construcción.
San Pedro Garza García: El Escenario Del Lujo De Samuel
San Pedro Garza García es reconocido por su alto nivel de vida, infraestructura moderna y exclusividad. Es sede de grandes corporativos, restaurantes de alta gama y complejos residenciales de lujo. Dentro de este contexto, la residencia de Samuel García se proyecta como un nuevo símbolo de desigualdad.
La Mesa de la Corona, donde se ubica el terreno, destaca por su entorno verde, seguridad y diseño arquitectónico. Sin embargo, los precios en la zona son exorbitantes: un terreno de apenas 549 metros cuadrados puede costar más de 17 millones de pesos. La nueva propiedad del gobernador, de casi 18 hectáreas, supera cualquier referencia anterior en costo.
Mientras tanto, los ciudadanos siguen enfrentando calles llenas de baches, deficiencias en el transporte y un sistema de metro que avanza a paso lentísimo. La compra de este terreno millonario contrasta con las carencias diarias de miles de familias que pagan impuestos esperando mejoras que no llegan.
El Proyecto Familiar Detrás De La Nueva Residencia
Según documentos oficiales, Samuel Orlando García Mascorro, padre del gobernador, solicitó a la Secretaría de Medio Ambiente los permisos de construcción a nombre de la empresa SAGA Tierras y Bienes Inmuebles, de la cual él mismo funge como representante legal. El proyecto contempla una casa de 2,775 metros cuadrados y una vialidad privada de más de 10 mil metros cuadrados.
Este trámite no solo despierta dudas sobre la procedencia del dinero, sino también sobre la falta de congruencia del gobernador de Nuevo León, quien constantemente pide “austeridad” y presume transparencia. Los permisos aún están en revisión, pero la intención de construir la nueva residencia de Samuel García en una zona de riesgo geológico medio-alto ya genera preocupación.
De acuerdo con especialistas, el área presenta presencia de matorral submontano, lo que implica posibles afectaciones al ecosistema local. Pese a esto, la familia García Rodríguez sigue adelante con su ambicioso plan habitacional, reforzando la percepción de que los intereses personales del gobernador Samuel García están por encima del bienestar ciudadano.
Lujos Del Gobernador De Nuevo León: Un Historial De Polémicas
No es la primera vez que el lujo de Samuel causa controversia. En 2018 se dio a conocer que el entonces senador había adquirido dos inmuebles en San Pedro Garza García por 28.8 millones de pesos. Años después, junto con su esposa, Mariana Rodríguez, mostró parte de su residencia actual en el fraccionamiento San Patricio, con decoración de diseñador y amplios salones.
El nuevo terreno multiplica por más de 20 aquella inversión, lo que ha desatado cuestionamientos sobre la evolución patrimonial del mandatario. El hecho de que el gobernador y su familia concentren sus propiedades en zonas de lujo mientras el estado enfrenta crisis de infraestructura, movilidad e inseguridad, refuerza la percepción de un gobierno estatal desconectado de la realidad social.
Mientras los ciudadanos esperan transporte digno, agua potable constante y calles seguras, el mensaje que deja la nueva residencia de Samuel García parece claro: los recursos y la atención se concentran en la comodidad del poder.
La Desconexión Con Los Problemas De Nuevo León
La falta de inversión en transporte público y en la reparación de calles contrasta con la magnitud del nuevo proyecto personal del gobernador. La megacasa que planea construir se perfila como un símbolo del distanciamiento entre el discurso político y las acciones reales.
Los habitantes de Nuevo León enfrentan diariamente las consecuencias de un sistema de transporte deficiente y la inseguridad que afecta tanto a colonias urbanas como a zonas rurales. A pesar de ello, la prioridad del mandatario parece centrarse en consolidar su patrimonio.
En redes sociales, la indignación ha crecido. Muchos se preguntan cómo es posible que, mientras el metro apenas avanza en su construcción y el estado sufre una crisis de agua, se destinen millones para un proyecto habitacional privado.
Una Megacasa Que Representa Más Que Un Lujo
El lujo de Samuel no es solo una elección personal, sino un reflejo de cómo el poder se desconecta de las necesidades ciudadanas. La compra de un terreno de 18 hectáreas en uno de los municipios más ricos del país, en medio de una crisis de servicios públicos, simboliza la desigualdad y la falta de prioridades del actual gobierno estatal. Al igual que un cinismo y descaro.
La residencia de Samuel García será, sin duda, una de las más costosas del país, pero también una de las más cuestionadas. Mientras las promesas de desarrollo, seguridad y eficiencia siguen sin cumplirse, Nuevo León observa cómo su gobernador invierte tiempo y recursos en un proyecto que poco aporta al bienestar común.
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