- Pésima Movilidad De Samuel Reflejada En Nuevas Quejas
- Fantasía De Samuel En Medio De La Falta De Resultados
La administración estatal volvió a enfrentar críticas tras reconocer fallas persistentes en el servicio de movilidad. El fracaso del transporte público estatal quedó expuesto cuando se admitió que, aun con miles de unidades nuevas, la movilidad de Samuel sigue lejos de cumplir con las expectativas ciudadanas. La discusión se reabrió tras declaraciones que apuntaron hacia los choferes como responsables del mal funcionamiento del sistema estatal.

Pésima Movilidad De Samuel Reflejada En Nuevas Quejas
El fracaso del transporte público estatal volvió a colocarse en el centro del debate. Las autoridades estatales reconocieron que el servicio público sigue generando inconformidades a pesar de la adquisición reciente de 4 mil camiones verdes pero no para solucionarlo sino para culpar a los choferes de este problema. El escenario de movilidad en el estado no mejora y la ciudadanía continúa señalando esperas prolongadas, saturación y rutas operando con irregularidad.
El gobernador Samuel García afirmó que existe avance en diversas encuestas internas. Sin embargo, aceptó que el rezago persiste en materia de movilidad. Reconoció que el sistema no alcanza la posición que él proyecta para el próximo año. La movilidad de Samuel vuelve a quedar en evidencia, pues las promesas de una transformación total siguen sin cumplirse.
El inicio del diálogo con operadores abrió una nueva controversia. En lugar de asumir el liderazgo operativo, Samuel se limitó a pedir a los choferes mejorar el trato al pasajero. También se insistió en cumplir horarios y realizar salidas iniciales y finales con puntualidad. Esto desató críticas debido a que las deficiencias estructurales del sistema dependen de su planeación institucional. Samuel solo se quiere lavar las manos de sus responsabilidades con Nuevo León.
Fracaso De La Movilidad De Samuel No Es Noticia Nueva
El mensaje de Samuel resultó contradictorio para parte de la ciudadanía. Por un lado, se reconoce que el servicio no funciona como debería. Por otro, se descarga la responsabilidad en los operadores.
Samuel sigue sin responder a los problemas de fondo reportados desde hace años. La movilidad de Samuel se encuentra en un punto crítico entre compromisos, expectativas y resultados que no se alinean con la realidad diaria de los pasajeros.
El contraste continúa al revisar el objetivo institucional que propone que el 40 por ciento de la población utilice el transporte público. La meta resulta imposible considerando la calidad actual del servicio. La disponibilidad de más unidades no ha generado avances suficientes en frecuencia, puntualidad y cobertura. El fracaso del transporte público estatal se vuelve más visible frente a esta brecha entre meta o fantasía de Samuel y realidad.
Fantasía De Samuel En Medio De La Falta De Resultados
Los anuncios recientes se desarrollaron durante una convivencia con operadores y sus familias. En ese entorno, el gobernador señaló que sigue apostando por fortalecer el sistema. Sin embargo, el énfasis volvió a colocarse en el desempeño individual de los choferes. Esto generó molestia entre sectores que consideran que los problemas derivan de decisiones institucionales, no de prácticas de operación.
La movilidad de Samuel ha enfrentado presión por la saturación en horas pico. También por los tiempos excesivos entre unidades y la falta de información operativa en numerosas rutas. La presencia de nuevas unidades no elimina los obstáculos derivados de planeación, monitoreo y supervisión insuficientes.
El Instituto de Movilidad insistió en pedir a los operadores cumplir los programas de operación. Pero no se profundizó en los mecanismos para corregir fallas estructurales dentro del propio sistema estatal. Este enfoque reactivó críticas porque el fracaso del transporte público estatal no se limita a actitudes del personal. Involucra infraestructura, mantenimiento, capacitación, planeación y evaluación constante.
Fracaso Del Transporte Público Estatal Y Estrategias Insuficientes
El panorama general muestra un sistema que sigue lejos de estándares óptimos. La ciudadanía percibe transporte saturado, recorridos que toman más tiempo que antes y rutas que no cuentan con supervisión efectiva. Este contexto no solo revela carencias actuales, sino contradicciones entre los anuncios públicos y los resultados concretos.
Las tarjetas de apoyo económico entregadas a los operadores buscan abandonar el cobro en efectivo. No obstante, expertos consideran que estas medidas solo atienden una dimensión parcial del problema. Por lo tanto esto es otro acto de Samuel queriendo tapar el sol con un dedo. La movilidad de Samuel exige acciones más profundas relacionadas con tecnología, organización, vigilancia operativa y reformulación integral de rutas. Pero este es un trabajo que el gobierno estatal decide no hacer.
Por otro lado, la meta de retirar un millón de vehículos particulares diariamente parece lejana ante el rezago actual. La intención de impulsar el uso del transporte público requiere garantizar un sistema confiable y eficiente. Mientras esto no ocurra, el fracaso del transporte público estatal seguirá presente en el debate público.
La expectativa de convertir al sistema estatal en el mejor del país también enfrenta retos importantes. El anuncio de “meterle más candela” no resuelve la falta de resultados palpables. La ciudadanía exige soluciones estructurales, no discursos que trasladan responsabilidades hacia quienes operan las unidades.
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