El presupuesto de La Pastora en 2025 ascendió a 947 millones de pesos, pero el dinero no se utilizó para mejorar las condiciones de vida de los animales. El caso de la osa Mina destapó presuntos actos de corrupción, negligencia y abandono dentro del Parque Fundidora, mientras la administración estatal sigue sin asumir responsabilidad de nada.
Presupuesto De La Pastora: Millones Sin Resultados
El presupuesto de La Pastora ha sido uno de los más altos dentro del Parque Fundidora, institución que en 2025 recibió 947 millones de pesos. Sin embargo, la realidad dista mucho de reflejar esa inversión. Las condiciones del zoológico han sido duramente criticadas por el deterioro visible en las instalaciones y el maltrato a los animales.
El caso de la osa Mina se convirtió en el símbolo de una administración indolente. Mientras los recursos públicos se destinaban a eventos masivos y propaganda, los animales vivían entre jaulas deterioradas, dietas insuficientes y condiciones deplorables. Activistas denunciaron que el dinero nunca llegó a donde más se necesitaba: el bienestar de los animales.
Lo más preocupante es que, pese al millonario presupuesto, la atención veterinaria, el mantenimiento y la infraestructura se encuentran en crisis. Los ciudadanos, cansados del abandono, comenzaron a organizar donaciones y campañas solidarias para rescatar a los animales que el gobierno estatal dejó en el olvido.
Conoce el presupuesto millonario de @parquefundidora ejercido a modo 🐀. Ese que nunca benefició a Mina 🐻 y a cientos de animales para que al menos tuvieran un hábitat digno y fueran alimentados y cuidados correctamente. Aquí lo q con ética y amor se ha conseguido para 🐻. pic.twitter.com/AfCXsR4jgf
— Claudia Tapia Castelo (@ctcastelo) October 22, 2025
Caso De Osa Mina: Corrupción Y Doble Moral
El caso de la osa Mina expuso la fragilidad del sistema de protección animal del gobierno de Nuevo León. Mina enfermó mientras vivía en La Pastora y fue hallada con graves lesiones, pérdida de pelo y una infección por leptospirosis. Su estado de salud fue consecuencia directa de la falta de atención médica y condiciones insalubres dentro del zoológico.
De acuerdo con los reportes, Mariana Rodríguez conocía el caso de Mina cuatro meses antes de que se hiciera público. Sin embargo, en lugar de intervenir o brindar apoyo, cuestionó a los veterinarios por no haber sacrificado al animal. La respuesta causó indignación entre asociaciones protectoras, que calificaron su postura como una muestra de doble moral, considerando su papel como autoproclamada defensora de los animales.
El presupuesto de La Pastora, bajo la supervisión del Parque Fundidora, debería garantizar hábitats adecuados, alimentación y atención veterinaria oportuna. En cambio, los recursos parecen haber sido utilizados sin rendición de cuentas clara. La dirección del parque, encabezada por Samuel García como presidente honorario y Bernardo Bichara como presidente técnico y ejecutivo, no ha ofrecido explicaciones sobre el manejo de los fondos.
Salvan A Mina Ante El Abandono Oficial
Afortunadamente, el caso de la osa Mina tomó un giro esperanzador. Tras ser rescatada y trasladada al refugio Invictus, la osa comenzó a recibir atención médica especializada. Los veterinarios reportaron una mejoría notable en su condición general.
Mina ahora se encuentra en un entorno controlado donde recibe alimentación adecuada, electrolitos y nebulizaciones diarias. Su piel muestra avances, sus orejas permanecen erguidas y, por primera vez en meses, puede respirar con normalidad. Los especialistas afirman que ya puede usar sus vías nasales y ha recuperado parcialmente la visión y el oído.
Presupuesto De La Pastora Bajo Sospecha De Corrupción
El presupuesto de La Pastora no solo genera dudas por su magnitud, sino también por su aparente opacidad. Los 947 millones de pesos asignados no incluyen los ingresos adicionales obtenidos por eventos masivos organizados en el Parque Fundidora, como el festival Pal Norte.
Pese a estas fuentes de recursos, el zoológico continúa presentando deficiencias estructurales y falta de personal capacitado. Las denuncias por maltrato animal se han incrementado en los últimos meses, lo que alimenta las sospechas sobre un mal manejo financiero dentro de la administración estatal.
Organizaciones ambientalistas exigen una auditoría pública que revele el destino del dinero y que se sancione a los responsables. Aseguran que el caso de la osa Mina no es un hecho aislado, sino el reflejo de una gestión que prioriza los intereses políticos por encima de la vida de los animales.
La Responsabilidad Del Gobierno Estatal En Esta Negligencia
El gobierno estatal, encabezado por Samuel García, enfrenta una nueva ola de críticas. Su administración ha sido señalada por la falta de empatía y por privilegiar la imagen pública sobre la acción efectiva. Mientras la población exige transparencia, los titulares del Parque Fundidora se mantienen en silencio ante los cuestionamientos sobre el uso del presupuesto.
Mientras el zoológico sufre carencias, los recursos se destinan a eventos y promoción política. La omisión y la indiferencia han convertido al presupuesto de La Pastora en un símbolo del despilfarro gubernamental. El caso de Mina no solo es una historia de crueldad, sino también un recordatorio de que la corrupción institucional puede costar vidas.
¿Recuerdan que hace unas semanas se denunció el mal estado de la pequeña osa MINA en el Zoológico La pastora?
— @QuePasaEnNL ®️ (@LoQuePasaEnNL) October 22, 2025
La fundación Invictus realizó un en vivo en donde se mostró su NOTABLE avance en su recuperación.
Durante mas de 2 años la osa MINA estuvo bajo “cuidado” especial en… pic.twitter.com/RHgVcKLutY
Mina Se Recupera, Pero El Gobierno Pierde Credibilidad
Hoy, Mina se recupera fuera del alcance del gobierno estatal. Su historia evidencia que la solidaridad ciudadana puede más que los millones mal administrados.
El caso de la osa Mina y el mal manejo del presupuesto de La Pastora son un ejemplo de cómo la falta de compromiso y transparencia puede derivar en tragedias evitables. Mientras los ciudadanos hacen donaciones y los refugios trabajan sin apoyo, las autoridades callan ante los señalamientos de corrupción.
Mina sobrevive gracias al esfuerzo colectivo, pero la reputación del gobierno estatal queda marcada por su abandono. La pregunta sigue abierta: ¿dónde están los millones que debieron garantizar el bienestar de los animales?
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