La contaminación en Nuevo León se ha convertido en un problema de salud pública que cobra vidas cada año. Pese a las alertas de especialistas, el gobierno estatal continúa sin acciones efectivas para atender la mala calidad del aire, que provoca más de 2,500 muertes anuales en Nuevo León.

Contaminación En Nuevo León: Un Riesgo Que Aumenta Cada Año
Respirar en Nuevo León se ha vuelto una amenaza silenciosa. Los altos niveles de partículas contaminantes colocan a la ciudad entre las más contaminadas de América Latina, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente. La exposición prolongada a estos contaminantes afecta órganos vitales y agrava enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y cáncer.
A pesar de que el problema se conoce desde hace años, las acciones del gobierno estatal han sido insuficientes. De hecho, el 57% de los ciudadanos desaprueba el manejo ambiental del gobierno de Samuel García, según encuestas recientes. Mientras los hospitales registran más casos de enfermedades respiratorias, el gobernador continúa minimizando el tema. Incluso, en redes sociales, su esposa Mariana Rodríguez presumió un purificador de aire de más de 25 mil pesos instalado en su residencia.
Expertos advierten que esta crisis va más allá del ámbito ambiental. “Esto es un tema de salud pública, es un tema de vida”, señala María Enríquez, presidenta del Comité Ecológico Integral. Cada respiración representa un riesgo en una ciudad donde las partículas dañinas PM2.5 y PM10 superan constantemente los límites recomendados por la OMS.
Muertes Por Contaminación En Nuevo León: Un Problema De Salud Pública
Las cifras son alarmantes. Cada año, 2,500 personas mueren prematuramente por causas relacionadas con la mala calidad del aire en Nuevo León. Estas muertes no son producto del azar, sino del abandono de políticas ambientales efectivas y del crecimiento industrial sin regulación.
El 70% de las muertes en el Área Metropolitana están vinculadas a enfermedades agravadas por la exposición a contaminantes atmosféricos. Los efectos no solo se reflejan en los pulmones; también dañan el corazón, el cerebro, los riñones y el sistema nervioso.
Los más afectados son los niños, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares. Para ellos, convivir con el aire que se respira en Nuevo León significa convivir con un enemigo invisible. Sin embargo, la falta de acción del gobierno estatal mantiene el ciclo de contaminación, enfermedades y muerte sin cambios reales.
Qué Respiramos En Nuevo León: Partículas Que Matan En Silencio
El aire del estado está lleno de material particulado fino, principalmente PM2.5 y PM10, provenientes de industrias, tráfico vehicular, construcción y demoliciones. Estas partículas son tan pequeñas que penetran los pulmones y entran al torrente sanguíneo, afectando órganos vitales.
Un estudio de la Universidad Autónoma de Nuevo León reveló que, entre 2021 y 2023, los niveles de estos contaminantes superaron todos los límites establecidos por la OMS y la NOM-025-SSA1. Esto significa que los ciudadanos respiran aire tóxico durante prácticamente todo el año.
María Enríquez explica que las partículas PM2.5 son las más peligrosas: “Son prácticamente invisibles, entran al cuerpo y se depositan en el cerebro, el corazón y los riñones”. El daño que generan no es inmediato, pero sí progresivo y acumulativo. Cada exposición diaria reduce la esperanza de vida de quienes habitan en la metrópoli industrial del país.
PIGECA: Un Plan Que Nunca Se Cumplió
En 2022, el gobierno estatal lanzó el Plan Integral de Gestión de la Calidad del Aire (PIGECA), con el propósito de reducir emisiones contaminantes durante la próxima década. Sin embargo, tres años después, los avances son mínimos y las contradicciones, evidentes.
Mientras el documento promueve la movilidad sustentable y el uso de transporte público limpio, el gobierno estatal se preocupa por impulsar proyectos que priorizan los vehículos particulares y va en contra de los principios básicos del propio plan. Además, el PIGECA excluye a la refinería de Cadereyta, una de las principales fuentes de contaminación en el estado.
Según especialistas, el plan carece de mecanismos de sanción, monitoreo constante y recursos suficientes. “Faltan normas más estrictas, vigilancia, inversión en movilidad y transporte público”, lamenta Enríquez. La falta de coordinación entre dependencias ha dejado en papel una estrategia que debió marcar un cambio ambiental para Nuevo León.
Gobierno De Samuel García: Entre El Discurso Verde Y La Indiferencia
El mal manejo ambiental del gobierno de Samuel García ha sido duramente criticado por especialistas y ciudadanos. Mientras presume campañas ecológicas y una “visión verde”, la realidad muestra un estado cada vez más contaminado, con menos árboles, más obras viales y ninguna política efectiva de movilidad limpia.
La ciudadanía observa con indignación cómo el gobierno estatal gasta en publicidad y autopromoción, mientras las alertas ambientales se repiten semana tras semana. El discurso oficial promete “aire limpio”, pero las mediciones muestran niveles de contaminación que superan hasta tres veces los límites seguros.
En una ciudad donde respirar se ha vuelto un riesgo, las promesas no bastan. El aire tóxico, los planes incumplidos y la falta de acción exponen la distancia entre el mensaje político y la realidad que viven millones de habitantes.
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