- Gobierno De NL Insiste En Negarlo
- Conagua Desfoga Presa Sin Informar A La Ciudadanía
- Productores Alertan Y Exigen Frenar Entregas
- La Federación Decide; El Estado Guarda Silencio
Pese a los constantes intentos del Gobierno de Nuevo León por desmentir, las cifras oficiales confirman que el agua de la Presa El Cuchillo, principal fuente de abasto para el área metropolitana de Monterrey, ya está siendo enviada a Texas como parte del tratado internacional de 1944. La entrega, avalada por el Gobierno federal, ocurre en medio de opacidad, contradicciones y riesgo de desabasto para la población local.
Gobierno De NL Insiste En Negarlo
Mientras la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) reporta que más de 79 millones de metros cúbicos del Río San Juan ya fueron enviados a Texas, el Gobierno de Nuevo León sostiene que El Cuchillo no está contemplado en el tratado.
Sin embargo, la Minuta 331, firmada en noviembre de 2023 por el Gobierno de Claudia Sheinbaum, autoriza el uso del Río San Juan —y, por tanto, de El Cuchillo— para abonar la deuda de agua con Estados Unidos. Lo que durante años estuvo fuera del acuerdo binacional, hoy ocurre con silencio estatal.
La contradicción es evidente: mientras se insiste públicamente en que El Cuchillo no forma parte del tratado, los informes técnicos lo señalan como una fuente activa de entrega. A la fecha, México ha cubierto sólo el 29% del volumen total pactado para el periodo 2020-2025, y ahora lo está haciendo con agua que debería usarse para los neoleoneses.
Conagua Desfoga Presa Sin Informar A La Ciudadanía
En enero, la Comisión Nacional del Agua liberó 134 millones de metros cúbicos de El Cuchillo, volumen suficiente para abastecer a Monterrey durante 17 meses. Sin consulta pública, sin transparencia y sin previsión de alternativas para mitigar el impacto, el recurso fue liberado sin que la ciudadanía supiera que se destinaría a cubrir compromisos internacionales.
El subdirector de Conagua, confirmó que parte del líquido sí fue usado para cubrir el déficit con Estados Unidos. Es decir, el Gobierno federal prioriza compromisos externos por encima del derecho al agua de los habitantes del estado.
Para agravar la situación, el delegado de Conagua, pidió recientemente a productores de Tamaulipas liberar otros 115 millones de metros cúbicos del mismo embalse, también para apoyar a agricultores del sur de Texas. Una decisión que, de concretarse, pondría aún más en jaque el abasto local.
Productores Alertan Y Exigen Frenar Entregas
Desde Tamaulipas, productores agrícolas y representantes del sector rural confirmaron que la entrega a Texas proviene del desfogue de El Cuchillo. El ex presidente de la Comisión de Desarrollo Rural estatal, coincide en que se está sacrificando el agua de Nuevo León para beneficiar a intereses extranjeros.
La decisión no solo genera enojo, sino también preocupación por el futuro de los ciclos agrícolas, la seguridad hídrica y la autonomía estatal. ¿Qué garantías tienen hoy los ciudadanos de Monterrey de que no enfrentarán nuevamente una crisis como la de 2022? Hasta ahora, ninguna autoridad ha dado respuestas claras.
La Federación Decide; El Estado Guarda Silencio
El secretario general de Gobierno de Nuevo León, declaró que “El Cuchillo no está en el tratado”, aunque reconoció que habría que revisar la minuta firmada. Sus declaraciones, sin embargo, evaden responsabilidades y minimizan el impacto de una decisión que afecta directamente a millones de personas en la zona metropolitana.
Por cuatro años consecutivos, entre 2020 y 2024, el Río San Juan no había sido utilizado para cumplir el tratado. Esta es la primera vez que aparece en los reportes de la CILA, y ocurre tras la firma de un acuerdo impulsado por la Presidencia de la República. El uso de El Cuchillo como fuente de abasto internacional marca un antes y un después en la soberanía hídrica de Nuevo León.
Con más de 21 millones de metros cúbicos aún sin contabilizar, es probable que el volumen comprometido desde El Cuchillo sea mayor al reportado oficialmente. La falta de transparencia en estos movimientos abre una nueva crisis, esta vez marcada por el desdén de las autoridades tanto estatales como federales hacia los derechos de su propia población.
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