Mientras el gobierno estatal afirma que los niveles de inseguridad en Nuevo León han disminuido, las estadísticas oficiales y la percepción ciudadana apuntan en una dirección opuesta. El gobernador Samuel García aseguró recientemente que mayo de 2025 fue “el mejor mes en materia de seguridad de los últimos ocho años”. Sin embargo, los datos disponibles aún no lo confirman, y expertos señalan que este tipo de declaraciones, basadas en cifras preliminares o parciales, no reflejan el panorama real.
Las instituciones responsables de recabar y publicar estadísticas de seguridad, como el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y la Fiscalía Estatal, aún no han actualizado sus registros con datos correspondientes al mes de mayo. La fecha oficial para conocer esos números es el 20 de junio. Por ahora, lo único disponible son cifras preliminares sobre homicidios dolosos, que muestran un descenso puntual, pero no una tendencia sostenida.

Reducción de homicidios solo en mayo
De acuerdo con cifras adelantadas por el propio gobierno federal, mayo de 2025 cerró con 56 víctimas de homicidio doloso en Nuevo León, el registro mensual más bajo desde 2016. No obstante, este dato no basta para afirmar que hay una mejora sostenida. Los analistas señalan que la variación mensual puede ser engañosa si no se compara en contextos amplios, como años completos o períodos de cinco años.
Expertos en seguridad pública coinciden en que solo la comparación anual permite observar si existe una reducción real en la criminalidad. Bajo este enfoque, la situación del estado es alarmante: los homicidios dolosos se han incrementado de forma constante desde 2021. En lugar de una baja generalizada, hay una clara tendencia al alza.
Violencia en aumento en los últimos años
Las estadísticas muestran que entre 2015 y 2024, el número de homicidios dolosos pasó de 450 a 1,539 casos anuales, lo que representa un crecimiento del 242%. Además, solo entre 2022 y 2024, en los primeros tres años del actual gobierno, se registró un aumento del 16% en estos delitos.
El incremento no se limita a los homicidios. La violencia en Nuevo León se ha expresado también en otros delitos de alto impacto como feminicidio, secuestro, extorsión, robo a casa habitación y negocio, lesiones, violencia familiar, delitos sexuales y narcomenudeo. De acuerdo con reportes oficiales, entre 2020 y 2024 estos delitos aumentaron en conjunto un 33%.
Uno de los casos más preocupantes es el de la extorsión, que creció de 389 a 921 casos en ese periodo. El secuestro, por su parte, se duplicó al pasar de 16 a 37 casos. La violencia familiar creció casi 1,000%, con un aumento de 1,719 a más de 19,000 denuncias. El narcomenudeo también registró un alza considerable, duplicando sus cifras de 3,869 a 8,158 casos en los últimos cuatro años.
Discurso oficial vs. percepción ciudadana
A pesar del discurso triunfalista por parte del gobernador, la realidad percibida por los ciudadanos dista mucho de lo que se presenta en redes sociales oficiales. Tras las declaraciones del mandatario, algunos comentarios en redes señalaron: “esa paz solo existe en sus estadísticas”, y “todos los días amanecemos con la mala noticia de que ejecutaron a alguien”.
Estas impresiones están respaldadas por datos duros. La más reciente Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), realizada por el INEGI, revela que el 70.3% de los habitantes de Nuevo León mayores de 18 años consideran que la inseguridad es el principal problema del estado. La escasez de agua se ubica en segundo lugar con 51.1% y el aumento de precios en tercero con 29.7%.
Este contraste entre la versión oficial y la experiencia cotidiana genera desconfianza hacia las instituciones y evidencia que la estrategia de seguridad pública no está logrando los resultados esperados. La insistencia en difundir datos aislados y positivos puede contribuir más a la polarización del discurso que a resolver los problemas reales que enfrenta la población.